UNA NUEVA FORMA DE CONSUMO: LA ECONOMÍA COLABORATIVA
![]() |
Imagen original aquí |
Ahora, tenemos una amplia variedad de opciones
para pagar cuando vamos a algún establecimiento, o simplemente el medio por el
que consumimos, puede ser en tienda física u online, o el modo en el que
viajamos, medios a los que ya estamos adaptados, pero que, sin embargo, son más
recientes de lo que creemos, y han ido haciéndose hueco en nuestro día a día.
![]() |
Original aquí |
Desde
hace unos años hemos llegado a una nueva forma de economía la cual se hace
llamar colaborativa, volvemos de nuevo a una forma de comercio en la que no nos
interesa la posesión ni la propiedad, nos interesa poder compartir,
prevaleciendo la experiencia al bien material, son nuevas necesidades que se
adaptan a un nuevo mundo.
Aunque hoy en día la economía colaborativa no es un término que esté definido al 100%, en los últimos años ha dado pasos agigantados en su puesta en marcha. La tecnología es una de las herramientas "culpable" que ha ayudado al impulso del consumo colaborativo, las redes sociales, smartphones e internet han dado lugar a un mercado paralelo virtual y global en el que infinidad de usuarios ofrecen, consumen y viceversa, diferentes servicios según la demanda.
![]() |
Original aquí |
![]() |
Original aquí |
Pero todo esto significa: ¿avanzar o retroceder?, nuestra forma de comercio en los principios consistía en el trueque, se basaba en un mercado en el que se intercambiaban los excedentes de la sociedad, es decir, lo que uno tenía y no necesitaba se cambiaba por lo que el otro tenía y no necesitaba. Si nos paramos a comparar con los inicios de nuestra economía hay una cierta similitud, es todo ello lo que nos lleva a recapacitar si esta nueva vuelta al pasado es beneficiosa o por lo contrario podremos salir perjudicados a la larga.
Según recoge el periódico 20 Minutos se observa tras un estudio que la economía colaborativa es la primera opción de los consumidores en 2018, y no solo su preferencia sino que es una nueva de forma de vida por lo que se pronostica que las ventas por internet podrán subir al final de este año hasta un 13%, derivado de todo esto se prevee que el consumo alcance su máximo desde 2011, es decir, el auge de la economía colaborativa y las nuevas características que tienen los consumidores benefician a la economía, sencillamente, la nueva oportunidad para los consumidores de ofertas en el mercado a las que antes no podían acceder hace aumentar considerablemente la demanda independientemente de los precios.
![]() |
Original aquí |
Del consumo rutinario como este es del cual podemos demostrar los verdaderos beneficios que nos ofrece, si esta actividad cada vez la consumen más personas el gobierno no tiene por qué invertir tanto en infraestructuras de transporte públicas, y a su vez, el medioambiente se reduce considerablemente, se está produciendo una mayor eficiencia en la utilización de los recursos.
De este modo, también podemos destacar que se obligan a las empresas más tradicionales a innovar y a ser más competitivos, se consigue así una economía mucho más dinámica y la cual puede evolucionar reinventándose.
Por el contrario, todo tiene sus pros y sus contras, este nuevo sistema también nos trae aspectos que nos hacen dudar de su total efectividad. La economía colaborativa, queda claro que puede suponer un gran ahorro en determinados ámbitos pero, la exposición a las redes y la red de internet hace el servicio mucho más vulnerable y con menos seguridad respecto al comercio tradicional, por lo que se debe proteger al consumidor, además de darle una serie de garantías y calidad, al no tratarse de grandes empresas sino de individuales, no se garantizan tantos seguros, aparecen monopolios que pueden controlar fácilmente los precios y además supone una amenaza a los numerosos comercios tradicionales existentes en España.
En conclusión, este nuevo mecanismo está abriendo un nuevo camino en la economía y el consumo español, además de haber alcanzado un importante papel a lo largo de los últimos años, ha dado lugar a un consumidor más flexible, que prefiere compartir y vivir la experiencia a la posesión de los bienes y que prefiere el ahorro y la segunda mano, para resultar ser más eficientes, todo ello ha sido impulsado a su vez, gracias al auge tecnológico en el que vivimos pero que, solo es seguro para el consumidor si regulamos su uso e implantamos una serie de normas y leyes que puedan delimitar los numerosos datos de la red.
Comentarios
Publicar un comentario